Época: Periodo prerromano
Inicio: Año 750 A. C.
Fin: Año 600 D.C.

Antecedente:
La colonización fenicia
Siguientes:
La mítica fundación de Gadir
Abdera



Comentario

La máxima concentración de poblamiento fenicio se ha hallado en la zona costera de las provincias de Málaga y Granada, que es, además, la zona más explorada de la costa sur. Pero, si, como parece, la meta de los fenicios era el Suroeste peninsular, sobre todo por la riqueza en metales de la región de Huelva, la elección de la zona oriental se debe, en opinión de Gasull, a varias causas: un factor estratégico de dominio del Estrecho de Gibraltar, la disponibilidad de tierras donde asentarse y las numerosas dificultades que presenta la travesía del Estrecho de Este a Oeste, por lo que estos asentamientos de la costa oriental servirían de base de apoyo al comercio establecido entre Oriente y el Suroeste peninsular.
Todos los establecimientos tienen en común su emplazamiento en un promontorio poco elevado, situado a la entrada de una vía fluvial y con su necrópolis en la orilla opuesta al curso del agua en otro islote, con las excepciones de Gadir y Almuñécar. Este modelo de asentamiento responde al descrito por Tucídides (VI, 2) en promontorios o islotes con fines comerciales.

Sin duda el asentamiento fenicio que más controversia ha levantado en cuanto a la fecha de su fundación ha sido Gadir. Los historiadores clásicos, influenciados por su grandeza y prosperidad en época helenística y romana, sitúan su fundación en 1100 a.C.

Para salvar el lapsus de tiempo entre esta fecha y las que nos ofrece la arqueología (no hay ningún hallazgo anterior al siglo VIII a.C.) algunos historiadores modernos han propuesto la existencia de un período precolonial, junto a una facies proto-orientalizante en los siglos IX y VIII a.C. Pero hay, además, una ausencia total de importaciones fenicias en el territorio de influencia directa de la colonia fenicia anteriores al 750 a.C. ,

Quizás la más firme defensora de la tardía fundación de Gadir es M.E. Aubet, quien aporta, además, otros datos que coadyuvan a revisar la cronología de la fundación de Gadir: los trabajos de paleotopografía que muestran un asentamiento fenicio relativamente pequeño y comparable al de Sexi-Almuñécar, tanto por su extensión, como por su situación, así como las características de enclave comercial y su situación geográfica, que contradicen la hipótesis de que Gadir ejerciera como centro primario en la expansión fenicia por el Sur de España. Por contra, González Wagner propone la hipótesis de que, si arqueológicamente no hay un núcleo urbano para la fecha de las fuentes escritas, es porque, en un primer momento, más que un núcleo urbano fue una pequeña factoría bajo la protección de un templo encargada de organizar el comercio con la población indígena del interior.

Aparte de Gadir conocemos por las fuentes literarias y la arqueología una serie de asentamientos fenicios en el Sur de la Península Ibérica: Malaka y Abdera-Adra (Almería) por Estrabón y, por datos de la arqueología, Guadalhorce (Málaga) de la segunda mitad del siglo VII a.C.; la necrópolis de Trayamar (Málaga), de fines del siglo VIII o principios del VII; el Castillo de Doña Blanca (Cádiz) de mediados del siglo VIII; Guadarranque (Cádiz); Adra (Almería) y el Cerro del Prado (Algeciras) del siglo VIII a.C. Unicamente tres asentamientos fenicios, Toscanos, Horno de Mezquitilla y Chorreras han sido excavados sistemáticamente y han proporcionado ricos niveles de habitación del siglo VIII a.C.

Después de realizado este análisis conviene hacer referencia a una serie de aspectos que han resaltado los historiadores que se han ocupado de este proceso.

1. Se puede hablar de un contingente de población inicial relativamente importante, organizado y socialmente complejo, así como de la existencia de una serie de comunidades de mercaderes socialmente interrelacionadas y perfectamente organizadas sobre la base de los vínculos de solidaridad que establece una cultura común.

2. Tradicionalmente se ha denominado a los establecimientos fenicios en la Península con el término factorías, definición que se ajusta a centros del norte de Africa y alguno de Iberia, pero no a la mayor parte de los mismos. Bondi piensa que hay que diferenciar entre centros proyectados hacia el comercio y sin vocación interior y fundaciones con un mayor empeño territorial, cuyo elemento prioritario es el contacto con el territorio circundante. A diferencia de lo que sucede en el Mediterráneo central las fundaciones fenicias aparecen privadas de un relevante componente indígena y los contactos colonizadores indígenas se documentan en el interior y no en los asentamientos litorales, con una "zona de respeto" a los márgenes de las fundaciones fenicias. Una teoría análoga es defendida por Whittaker y Bunnens. Niemeyer, por su parte, niega este control territorial por parte de los asentamientos fenicios hispanos a diferencia de las colonias griegas de la Magna Grecia.

3. No sabemos nada de las instituciones que rigieron estos establecimientos en época arcaica, aunque sí en el período cartaginés, con un gobierno de magistrados o sufetes en Cádiz, asistido por una asamblea de ancianos, como en Cartago, y posiblemente en Ebusus.

4. Parece que se puede afirmar que se trata de una actividad de Estado y no de una empresa privada, si tenemos en cuenta la experiencia comercial fenicia anterior a su establecimiento en la Península y que Tiro tuvo conocimiento previo del potencial en plata y otras materias primas del Sur peninsular.